
Queridas víctimas del conflicto armado en Colombia,
Hoy nos dirigimos a ustedes con el más profundo respeto y solidaridad, reconociendo el dolor y las dificultades que han vivido a lo largo de tantos años. Sabemos que las palabras no pueden deshacer el sufrimiento ni reparar las pérdidas, pero esperamos que este mensaje les brinde un poco de consuelo y les recuerde que no están solos en su lucha por la justicia y la paz.
El conflicto armado en Colombia ha dejado una marca indeleble en la historia de nuestro país. Ha afectado a comunidades enteras, desplazado a millones de personas y provocado la pérdida de innumerables vidas. Ustedes, las víctimas, han soportado el peso de esta tragedia y han demostrado una fortaleza y resiliencia extraordinarias.
En primer lugar, queremos expresar nuestra más sincera admiración por su valentía. A pesar de las adversidades y el sufrimiento, han encontrado la fuerza para seguir adelante, para reconstruir sus vidas y para exigir sus derechos. Sus historias son un testimonio poderoso de la dignidad humana y del espíritu indomable que reside en cada uno de ustedes.
Reconocemos que el camino hacia la justicia y la reconciliación es largo y difícil. Muchos de ustedes han enfrentado la indiferencia y la falta de apoyo, pero queremos asegurarles que su voz es escuchada y que sus demandas son legítimas. La búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación es un deber que todos compartimos, y nos comprometemos a seguir apoyando sus esfuerzos en este sentido.
Es importante recordar que la paz no es solo la ausencia de violencia, sino también la presencia de justicia, equidad y oportunidades para todos. Ustedes merecen vivir en un país donde sus derechos sean respetados, donde puedan vivir sin miedo y donde puedan prosperar junto a sus seres queridos. La reconciliación no es posible sin reconocer el dolor del pasado y sin garantizar que nunca se repita.
Queremos hacer un llamado a toda la sociedad colombiana para que se una en solidaridad con ustedes. Es fundamental que todos reconozcamos el sufrimiento de las víctimas y trabajemos juntos para construir un futuro más justo y pacífico. La empatía y la compasión deben guiar nuestras acciones, y debemos recordar que todos somos responsables de contribuir a la paz y la reconciliación.
A ustedes, las víctimas del conflicto armado, les enviamos un mensaje de esperanza. Aunque el camino puede parecer incierto y lleno de obstáculos, es importante recordar que no están solos. Muchas organizaciones, instituciones y personas de buena voluntad están trabajando incansablemente para apoyarles y para garantizar que sus derechos sean protegidos.
Queremos agradecerles por su resistencia y por su lucha constante. Ustedes son un ejemplo para todos nosotros, y su determinación nos inspira a seguir trabajando por un país mejor. No olvidamos sus historias, y estamos comprometidos a hacer todo lo posible para honrar su memoria y para construir un futuro en el que todos puedan vivir en paz y dignidad.
En este momento de reflexión y reconocimiento, queremos reafirmar nuestro compromiso con ustedes. Continuaremos trabajando para que sus voces sean escuchadas y para que sus derechos sean respetados. La paz y la justicia son posibles, y juntos podemos lograr un cambio duradero.
Con el mayor respeto y admiración,
Héctor de Jesús lescano gaviria
Director nacional
Ramoeld Duque
Subdirector Nacional y
Subdirector Nacional de prensa colombia
Human Rights Diplomatic International Commission
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