El Arte de Cultivar Sueños: Brumas de Salento, Un Ejemplo de Ciudadanía Alimentaria.

Enclavada en las montañas del municipio de Salento, en la vereda Los Pinos, se encuentra una finca que encarna la esencia de la sostenibilidad, la tradición y la innovación. Este idílico paisaje cafetalero es el escenario donde Carlos Alberto Zuluaga, ingeniero agrónomo y empresario de profundas raíces antioqueñas, ha hecho realidad un sueño que combina sus conocimientos, valores y visión: la marca Brumas de Salento.

Para este hombre, la fundación de Brumas de Salento no fue un simple emprendimiento comercial, sino un propósito de vida. Inspirado en la riqueza cultural y ambiental de la región cafetera, este empresario ha integrado prácticas ancestrales campesinas con tecnología moderna para producir uno de los mejores cafés del país. Su compromiso no solo radica en la calidad del grano, sino también en la preservación del medio ambiente y el fortalecimiento del campesinado colombiano.

El café Brumas de Salento se sustenta en una economía agro sostenible y sustentable que prioriza el respeto por la tierra y las personas que la trabajan. Carlos Alberto ha rescatado prácticas ancestrales campesinas, transmitidas de generación en generación, y las ha combinado con tecnología de punta para garantizar un café de altísima calidad. Este enfoque no solo asegura la sostenibilidad del proceso, sino que también genera un impacto positivo en la economía local y en la dignificación del trabajo campesino.

La marca Brumas de Salento es también un modelo de ciudadanía alimentaria, un concepto que busca fomentar un consumo consciente y responsable. Al elegir este café, los consumidores apoyan directamente a los agricultores locales, promueven la economía regional y contribuyen a la protección del medio ambiente. La ciudadanía alimentaria, como la entiende Zuluaga, también implica educar al consumidor sobre el valor del café de origen y la importancia de respetar los ciclos naturales de producción.

En un país donde el campesinado ha sido históricamente marginado, Carlos Alberto Zuluaga ha hecho de su proyecto un puente para rescatar y empoderar a este grupo poblacional. Brumas de Salento da voz a los agricultores, reivindicando su papel esencial en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad del país. La iniciativa también genera empleo digno y oportunidades para las comunidades rurales, fortaleciendo el tejido social en el campo colombiano, mostrando a los extranjeros que es lo que hace de Colombia un gran país.

Desde la Mesa Metropolitana Regional de Derechos Humanos, manifestamos nuestro apoyo incondicional a iniciativas como Brumas de Salento. Este proyecto no solo resalta el ingenio y el trabajo arduo de Carlos Alberto Zuluaga, sino que también pone en alto el empresarismo colombiano. Es un recordatorio de que es posible integrar el progreso económico con la sostenibilidad ambiental y la justicia social.

Brumas de Salento es mucho más que un café. Es una expresión de amor por la tierra, respeto por las tradiciones y compromiso con el futuro. Es un llamado a valorar el esfuerzo de quienes cultivan nuestros alimentos y una invitación a participar en la construcción de un sistema alimentario más equitativo y sostenible. Como bien lo refleja su nombre, Brumas de Salento es el reflejo de los sueños que emergen entre la niebla, transformándose en acciones concretas que benefician a toda una nación.

Por: Andrés Felipe Giraldo. Representante Legal METREDH.